viernes, 4 de febrero de 2011

CUIDADOS NUTRICIONALES EN TERAPIA INTENSIVA

La preocupación de mantener la condición corporal y el soporte alimenticio fue un aspecto subestimado durante muchos años en los servicios de internación y terapia intensiva lo que resulto en altos índices de desnutrición en los hospitales humanos.
Actualmente se observa en las clínicas veterinarias una situación parecida a la de los hospitales humanos de algunas décadas atrás. La terapia nutricional es raramente utilizada principalmente debido al desconocimiento de su técnica tanto como de los beneficios que ella propicia.
El soporte nutricional del paciente hospitalizado permite la administración de energía para la función celular, substratos para la síntesis proteica y vitaminas y minerales para los procesos metabólicos diarios y mantenimiento de la homeostasis .
Las células con tasas metabólicas elevadas son las primeras en ser afectadas por las deficiencias nutricionales, y en este grupo de células se incluyen las de los sistemas inmunológicos.
La utilización de proteínas corpóreas lleva a atrofia de la musculatura esquelética y disminución del tamaño y la funcionalidad de los órganos vitales.
La subnutrición de esos pacientes provee mayor tasa de mortalidad, morbilidad y mayor tiempo de internación (Donaghue,1992; Remillard, 2002).
De acuerdo a lo expresado por Remillard, 2002, en humanos la malnutrición está asociada a una mayor dependencia respiratoria y aumento de la tasa de complicaciones, días de internación y costos.
En un estudio realizado con 276 perros hospitalizados, apenas un 27% alcanzó un balance energético positivo.
Orton, 1986; Remillard, 2002; describieron la prevención del catabolismo de proteínas de tejidos vitales como objetivo primario. Esas proteínas son importantes en la producción de anticuerpos, en la cicatrización de heridas y metabolismo de drogas, pero en los casos de déficit energético pueden ser utilizadas para la producción de energía.
De acuerdo a Macintire et al., 2002; el ayuno prolongado en pacientes críticos lleva a la atrofia de la mucosa intestinal, permitiendo la translocación bacteriana, que es uno de los principales responsables de la muerte en los pacientes críticos. Este problema puede evitarse a través del soporte nutricional adecuado.

2. Indicaciones para iniciar el soporte nutricional
Diversos estudios ya comprobaron la importancia del soporte nutricional en la recuperación del paciente internado (principalmente en los hipermetabólicos), reduciendo el tiempo de internación, la morbilidad y mortalidad, cuando se indica correctamente y es realizado por un equipo capacitado.
El objetivo de la terapia nutricional es al preservación o recuperación de la masa corporal proveyendo sustratos energéticos (glucosa, lípidos), y estructurales (aminoácidos y proteínas), garantizando las funciones y el mantenimiento del organismo.
De esta forma se previene el catabolismo y sus consecuencias, brindando las condiciones para una recuperación más rápida del paciente.
No existe un método ideal para identificar la necesidad de soporte nutricional en pequeños animales. En la práctica veterinaria se utiliza la evaluación de la historia, examen físico, score corporal y pruebas de laboratorio.
la pérdida aguda de 10% del peso o crónica del 20% son indicadores para iniciar la nutrición del paciente.
Otro método es la evaluación de la historia del animal, luego de 2 o 3 días de anorexia el animal comienza a usar proteínas de tejidos vitales. Animales con grandes pérdidas por vómitos, diarreas, heridas, quemaduras, cirugías o concentraciones de albúmina sérica < 2,5g/dl, poseen indicadores para comenzar el soporte nutricional .
Remillard, 2002; indica el inicio de la administración de nutrientes al paciente apenas se encuentre estable en cuanto a fluidos, electrolitos y de las anormalidades ácido-básicas.
El ideal es que se consiga iniciar la nutrición sólo 24 horas después de la lesión, comienzo de la enfermedad o presentación en la clínica.
Cada 24 horas de atraso aumentan los riesgos de complicaciones . Es importante recordar que incluso en animales obesos, a pesar del exceso de grasa corporal, se da el consumo de proteínas como fuente energética en los pacientes anoréxicos.
La indicación y utilización de soporte nutricional, se puede basar en 5 principios:
• No hay enfermedad que se beneficie del ayuno o de la sola infusión de glucosa al 5% como aporte calórico nutricional
• La desnutrición progresiva lleva a atrofia de órganos vitales
• El aumento de la severidad de la desnutrición está asociado al aumento de la morbilidad y mortalidad
• Existe una única indicación para el uso de soporte nutricional: mantener el estado nutricional
• Cuando fuera empleado, el soporte nutricional debe ser indicado lo más rápidamente posible, antes que la desnutrición se desarrolle (especialmente en el paciente crítico) o tan luego sea diagnosticada.
Frente a un paciente candidato a terapia de soporte nutricional, se necesita la observación de los siguientes:
• ¿El tracto gastrointestinal del paciente es funcional? ¿Es capaz de absorber nutrientes? ¿Es necesario mantener un reposo enteral temporal (como en el caso de la pancreatitis aguda o el vómito persistente)?
• ¿Por cuánto tiempo se estima que el paciente requerirá soporte nutricional?
• Está el paciente conciente? ¿Hay riesgo de vómito y/o aspiración?
• ¿Cuál es el pronóstico del animal?
Las vías enteral y parenteral pueden ser utilizadas para brindar soporte nutricional, existiendo dentro de la nutrición enteral la fluidoterapia microenteral.
Los factores que serán considerados al elegir la vía de acceso son:
§  tiempo estimado de duración de la terapia nutricional,
§  estado de conciencia del paciente,
§  Funcionalidad del tracto digestivo,
§  temperamento del paciente,
§  existencia de enfermedades que interfieran o deben ser consideradas en la nutrición (pancreatitis y diabetes, insuficiencia hepática, renal o cardiaca, por ejemplo),
§  estado general del paciente,
§  la condición financiera del propietario,
§  experiencia del médico responsable.

3. Requerimiento energético Basal (REB)
La fórmula de alimentación ideal debe:
  • ser bien tolerada y digerida rápidamente por el paciente,
  • contener los nutrientes esenciales,
  • ser de fácil obtención,
  • adecuada para la mayoría de los pacientes
  • estable, impidiendo el crecimiento bacteriano luego de abierto el envase.
La cantidad de alimento depende de las necesidades de cada paciente .
El requerimiento energético basal (REB) es la cantidad de energía necesaria para las actividades básicas del paciente .
Puede ser calculado por la seguiente fórmula:
REB = (30 x Peso) + 70,
Y para los animales con menos de 2 kg o más de 45 kg:
REB = 70 x P 0,75 , donde P = peso del animal

4. Nutrición Enteral
El soporte nutricional puede ser realizado por la vía gastrointestinal (enteral) o por la vía endovenosa (parenteral), suprimiendo principalmente las necesidades de aminoácidos; lípidos, carbohidratos, vitaminas y minerales.
Cuanto más semejante a la alimentación fisiológica, se origina menos stress y son menos las consecuencias adversas que se generan, en este punto es importante destacar que las fórmulas enterales son siempre preferidas cuando no hay contraindicaciones .
El tracto gastrointestinal debe utilizarse siempre que sea posible, o sea, la alimentación por la vía enteral es de primera elección en la terapia de soporte nutricional. Esta opción se basa en un menor costo, menor incidencia de complicaciones, facilidad de la técnica y principalmente por la preservación del tracto gastrointestinal y los beneficios asociados.
Diverso trabajos demuestran que la utilización de esta vía de acceso presenta un menor índice de complicaciones como septicemia, neumonía, abscesos, dehiscencia de suturas gastrointestinales y otros.
La nutrición enteral consiste en proveer nutrientes para el paciente a través de la utilización de alguna porción del tracto digestivo. Diversas técnicas están disponibles, algunas son de fácil acceso como la alimentación oral forzada con jeringa, existiendo también vías que requieren procedimientos quirúrgicos para su implementación, como la colocación de un tubo de gastrotomía por vía endoscópica percutánea.
La principal ventaja de la vía enteral en la nutrición clínica es el mantenimiento de la integridad del tracto gastrointestinal y de su funcionalidad. La desnutrición aguda resulta en alteraciones de la mucosa intestinal de los animales, como reducción de las vellosidades, de la proliferación celular y la pérdida de proteínas induciendo alteraciones en su integridad y aumento de la permeabilidad a macromoléculas.
Se cree que estos factores contribuyen para que se dé el fenómeno de translocación bacteriana (las bacterias se translocan del intestino a la cadena linfática mesentérica y luego al torrente sanguíneo diseminándose por el resto del organismo. La translocación bacteriana es preocupante en pacientes críticos y está asociada con la ocurrencia de septicemia y falla multiorgánica.
Es de extrema importancia el cálculo correcto de los requerimientos del animal, dado que la sobrealimentación principalmente en los pacientes críticos es tan perjudicial como la desnutrición.
No se debe administrar más de 30 – 45ml/kg de la dieta en cada ingesta para evitar estimular el vómito. La dieta debe ser administrada en bolos, dividiendo la cantidad total por el número de veces que se proporcionará alimento.
Los pacientes con ayuno o anorexia prolongada no deben recibir los requerimientos totales hasta las primeras 72 horas. El ideal es iniciar la administración con un volumen inferior (mitad o tercio del requerimiento total) y observar las posibles reacciones gastrointestinales como vómito o diarrea.
Se pueden utilizar dietas enterales líquidas formuladas para uso humana conforme con las indicaciones terapéuticas. En este caso se debe prestar atención respecto a los diferentes requerimientos nutricionales entre las especies humana, canina y felina cuando se utiliza esa dieta por períodos más prolongados. Las dietas balanceadas para mascotas pueden ser licuada con agua hervida, y administradas a través de sondas. Luego de cada administración el lavado de la sonda mediante la inyección de agua con una jeringa previene futuras obstrucciones y acúmulo de alimentos.

4.1 Fluidoterapia microenteral
La fluidoterapia microenteral se basa en el principio de que el mantenimiento de la barrera física y estructural del tracto gastrointestinal es fundamental en la prevención de la translocación bacteriana. Su principal objetivo es proteger la barrera mucosa estomacal y mantener funcional el tracto digestivo, aumentando el flujo sanguíneo, previniendo su atrofia y las disfunciones mecánicas, mientras la ingestión per os de alimentos no esta permitida.
Es importante resaltar que la fluidoterapia microenteral aislada no nutre al paciente por lo que está indicada su asociación con nutrición parenteral cuado es necesario un reposo prolongado del tracto gastrointestinal, lo que al preservar la salud del tracto gastrointestinal permite la institución de la terapia enteral completa con mayor rapidez.

4.2 Medios de administración
La nutrición enteral puede ser realizada de modo voluntario o involuntario. El primero causa menos stress al paciente, además de ser más fácil de realizar, pero en algunos casos es necesario implementar otros métodos.
Siempre que el paciente esté ingiriendo por lo menos 75% de la cantidad ideal, la ingestión voluntaria deberá ser mantenida. De acuerdo con un estudio realizado en un hospital escuela, de 1100 animales (840 perros y 260 gatos), en 84% de los caninos y 68% de los felinos (con una media del 81% de los animales) que recibieron soporte nutricional, fue posible realizar un soporte nutricional voluntario.
Cuando el animal no presenta voluntad de comer es posible realizar algunas maniobras como ofrecer el alimento con las manos, calentar el alimento, u ofrecer alimento casero balanceado de alta palatabilidad. También se puede realizar alimentación forzada con el auxilio de una jeringa de alimentación (presenta un orificio mayor) colocando el alimento en la boca del animal. Muchas veces este procedimiento estimula la ingestión.
Los métodos de soporte nutricional involuntários se utlizan siempre que el paciente no presenta condiciones de ingerir todas las kilocalorias necesarias por su propia cuenta. Se utilizan diversos tipos de sondas y tubos, pero la regla siempre sugiere que se utilice la via más fisiológica, o sea, desde la boca hacia el intestino. Podemos utilizar las siguientes opciones:
Sonda nasogástrica
Fácil de ser implementada, efectiva y eficiente. Para insertarla es necesário solamente unas gotas de anestesia tópica en la cavidad nasal y una buena lubricación de la sonda con gel.
La sonda pueda quedarse bien entre tres y siete dias, pero ocasionalmente puede estar más tiempo. El primer gran objetivo de la sonda nasogástrica no es el de alimentar sino el de aspirar el estómago. Todos los animales que vomitan necesitan ayuda para disminuir la presíon por la dilatación debido a los gases y liquidos retenidos cuándo hay  inflamación pilórica grave.
Se instilan varias gotas de solución oftálmica de proparacaína al 0,5% en los ollares. También se puede utilizar lidocaína. Cuando se utiliza este último agente en los gatos, es necesario no alcanzar los niveles tóxicos. 
La longitud del catéter nasal se mide desde la punta de los ollares  hasta la última costilla para ubicarlo en el esófago distal. 

Se coloca  una tubuladura de goma de diámetro interno pequeño a nivel del meato nasal ventral.
Para los pequeños pacientes se utilizan sonda k33 – k35; y para perros grandes se emplean sondas k-31.



Revisar la ubicación: si el paciente está sedado, visualice el tubo para asegurarse de que no ha avanzado en la tráquea.
La tubuladura se fija junto al ollar (a 0,5 cm máximo del ollar). Este punto es muy importante. Con frecuencia, las tubuladuras son movidas de posición si el primer punto de fijación no se encuentra en este lugar.

Un segundo punto se coloca en la zona lateral de la cara o en el puente nasal, entre los ojos. Colocar al animal un collar isabelino.


Colocar al animal un collar isabelino.

Esofagostomía
Es la técnica más indicada cuando hay problemas en cavidad oral, nasal o faringe que impidan la alimentación. Muy rápida de ejecutar, necesita solamente sedación o inducción rápida del paciente con anestesia local. El tubo puede quedarse hasta meses, y en los gatos con lipidosis hepática es la técnica de elección en la terapéutica inicial.
No hay tiempo de espera para quitar el tubo y pude iniciarse la alimentación inmediatamente trás su colocación.

Gastrostomía
Unicamente indicada si el esófago no es funcional. Necesita anestesia general, el tubo no puede retirarse en los primeros 7–10 días hasta que se fije la gastropexia y hay que esperar por lo menos 24 h para iniciarse la alimentación. Los riesgos son mucho más grandes y las complicaciones más frecuentes. La técnica endoscopia es la más indicada.
Siempre que pueda existir la posibilidad de una esofagostomia o faringostomia deben ser preferidas.
Yeyunostomía
Está indicada en todos los casos donde el estómago no pueda recibir alimento o cuando el páncreas es el foco principal de problemas. Las desventajas son las mismas del tubo de gastrostomía cuando se utiliza la vía quirúrgica pero si se utiliza la vía endoscópica nasogástrica es una gran herramienta de apoyo en la recuperación del paciente grave, a bajo costo y sin ningún riesgo de complicación.

5. Nutrición parenteral
La nutrición parenteral consiste en la administración de nutrientes a través de una vía diferente al tracto gastrointestinal, usualmente intravenoso. Está indicada en los caso en que el tracto digestivo no sea funcional o en los casos en que es necesaria la no estimulación del órgano (debido a la ocurrencia de vómito o regurgitación, pancreatitis, obstrucción intestinal, pacientes con riesgo de aspiración pulmonar y en algunos contados post-operatorios). Además de completar la nutrición enteral cuado el paciente no es capaz de recibir todo su requerimiento nutricional por esta vía.
Puede ser administrada a través de un acceso central como la vena yugular, o periférico como la vena cefálica, conforme con la osmolaridad de la solución.
Las soluciones hiperosmolares (usualmente aquellas en las que la glucosa es la fuente predominante de energía) no deben ser administradas por la vía periférica, pues pueden resultar en flebitis y necrosis local. Normalmente la nutrición parenteral está compuesta de aminoácidos, glucosa y lípidos.
En su utilización se debe estar muy atento a la asepsia, en la preparación, la conservación de las soluciones, así como en la introducción y mantenimiento del catéter, que debe ser de uso exclusivo para la nutrición parenteral, reduciendo los riesgos de complicaciones como la septicemia.
Los componentes deben ser adicionados en secuencia: glucosa, aminoácidos y lípidos ya que la mezcla directa de este último con la glucosa puede romper la emulsión, precipitando con los otros componentes, lo que es verificable visualmente. Luego de preparado debe utilizarse en forma inmediata o refrigerado a 4ºC por hasta 2 días, lo mismo con las soluciones parcialmente utilizadas.
La administración debe ser continua, a través de una bomba de infusión, o de ser necesario, en ciclos cada 12-15 horas cuando no es posible monitorear al paciente las 24 horas, lo que predispone a la ocurrencia de complicaciones metabólicas.
La interrupción repentina puede llevar a hipoglucemia de rebote, principalmente cuando se utiliza una solución con un nivel de glucosa superior al 25%. Se puede prevenir este disturbio administrando, glucosa al 5% por algunas horas al principio de cada período de intervalo o cuando se discontinúa la infusión de la alimentación parenteral.
También se puede ir reduciendo paulatinamente la concentración de glucosa, 10 a 12 horas antes
de discontinuar la terapia.
Las posibles complicaciones mecánicas, metabólicas y/o sépticas de la nutrición parenteral convierten a la monitorización del paciente uno de los factores más importantes de la terapia.
 La translocación bacteriana es otra fuente de infección lo que refuerza la importancia de la alimentación enteral o microenteral precoz, incluso asociada a la alimentación parenteral.

En el paciente crítico, la terapia nutricional debe ser incluida lo antes posible, en cuanto su cuadro hemodinámico, electrolítico y ácido-básico estuviera estabilizado. La institución precoz del soporte enteral auxilia en la prevención de la multiplicación y translocación bacteriana y reduce la absorción de endotoxinas y citotoxinas, principalmente cuando se asocia a nutrientes específicos como la glutamina.

6. Consideraciones Finales
La terapia de soporte nutricional es un herramienta auxiliar muy importante en el tratamiento, principalmente en los pacientes en estado hipermetabólico. Su utilización se basa en la correcta evaluación del estado del animal, pues cuando es mal utilizada puede ocasionar complicaciones fatales.
La dieta, el volumen administrado, la vía utilizada y la velocidad de infusión deben ser estudiadas y calculadas para cada paciente.
El monitoreo constante del animal es fundamental para el éxito de la terapia y la prevención de disturbios metabólicos, especialmente cuando se utiliza la vía parenteral.
Los beneficios del soporte nutricional ya fueron comprobados en diversos estudios y esta terapia no debe ser olvidada por el médico veterinario, ya que asocia a la naturaleza con en cariño y confort que el animal necesita.
La utilización de la vía de acceso enteral es relativamente simple y segura, barata y mucho más eficiente cuando es instaurada precozmente en el paciente crítico hipermetabólico. Incluso si los requerimientos nutricionales del animal no puedan ser prevenidos en su totalidad por esta vía, la estimulación del tracto gastrointestinal a través de la nutrición enteral o de la fluidoterapia microenteral, asociados a la nutrición parenteral es extremadamente benéfica para el paciente.
La nutrición enteral debe ser realizada siempre que sea posible en pacientes que no poseen contraindicaciones. Las diversas técnicas disponibles para la obtención de un acceso enteral deben ser exploradas al máximo, posibilitando que la nutrición sea proporcionada manteniendo la fisiología normal del organismo del animal, respetando la regla de oro de la nutrición clínica : “si el intestino está funcional,¡¡¡Úselo!!!”-.
En animales hospitalizados es posible disminuir las tasas de morbilidad y mortalidad. El aumento relativo del costo utilizando las técnicas puede ser compensado por la disminución del tiempo de recuperación, consecuentemente disminuyendo el tiempo de internación del paciente. Además, cabe resaltar que en la actualidad las nuevas técnicas que permiten al paciente obtener la mejor calidad de vida posible.




jueves, 3 de febrero de 2011

TRANSFUSIÓN SANGUÍNEA


TRANSFUSIÓN SANGUÍNEA
M.V. MARIO JENSEN
                                                                                                         
La transfusión sanguínea es un procedimiento que tiene múltiples indicaciones como mejorar la capacidad de transporte  de oxígeno, aporte de factores de coagulación, plaquetas y expansión del volumen.

INDICACIONES CLINICAS PARA LA TRANSFUSIÓN
Hemorragia/ hipovolemia/anemia:
Cuando el hematocrito cae con rapidez hasta menos del 20% en el perro o menos de 12-15% en el gato y/o la concentración de hemoglobina (Hb) es menor a 7 g/dl.
Cuando se pierde mas del 30% de la volemia provoca shock.  La perdida del 50% o mas lleva a la muerte si la terapia no es inmediata.
El estado clínico del animal y no el dato aislado del hematocrito (Hto) es lo que determina en que momento transfundir. En la hemorragia crónica, la anemia se establece con lentitud y el paciente compensa fisiológicamente la reducción de la masa eritrocitaria mediante el aumento del 2.3 DPG. Si el Hto es menor al 10% es necesaria la transfusión para evitar el daño hipóxico serio en órganos vitales.
Coagulopatías: como sucede en la  coagulación intravascular diseminada (CID), toxicidad cumarínica, Enfermedad de Von Willebrand y Hemofilia.
Trombocitopenia - trombocitopatia: Reemplazo de plaquetas disfuncionales o reducidas .
Se define como trombocitopenia al recuento menor a 200.000 pq/microl. La indicación de la transfusión  estará relacionada con la etiología de la trombocitopenia, si hay hemorragias espontáneas importantes o antes de una intervención quirúrgica.
Hipoproteinemia: El reemplazo con productos plasmáticos está indicado cuando el nivel de proteínas totales es menor a 4 g/dl y/o albúminas menor a 2 g/dl.

Manejo de la transfusión

ELECCIÓN DEL DONANTE
Caninos:
El donante ideal debería ser DEA-1 negativo, sano, de 2-6 años de edad, peso  > 20 kg,  vacunas al día y no haber recibido transfusiones. Temperamento tranquilo (caso contrario será necesario sedarlo para la extracción de la sangre).
Se debería realizar hemograma completo( hto>40)  y perfil bioquímico.
Deben estar libres de brucella canis, Haemobartonella canis, babesia, toxoplasmosis, filarias y deberían estar inmunizados adecuadamente contra moquillo, hepatitis, parvovirus, parainfluenza, rabia y leptospirosis. Libre de parásitos internos y externos.
Felinos:
Los gatos donantes deben ser sanos, tener un peso > 4kg, de 2 a 6 años de edad, Hto > 35%, sin obesidad y de temperamento pasivo. Idealmente deben vivir dentro de casa y ser vacunados periódicamente ( rinotraqueitis viral felina, calicivirosis, panleucopenia, rabia). Cada animal es muestreado para las distintas enfermedades infecciosas (para leucemia viral felina (FeLV) e inmunodeficiencia viral felina (FIV), PIF, toxoplasmosis, babesia felis, Haemobartonella felis) .y para conocer su grupo sanguíneo.

GRUPOS SANGUÍNEOS CANINOS
Los perros poseen varios grupos sanguíneos, de los cuales el DEA 1 (dog erythrocyte antigen) es el de mayor importancia transfusional, ya que causa las reacciones transfusionales más graves. Este a su vez posee 2 antígenos: DEA 1.1 y DEA 1.2 (con una prevalencia de 40 y 20% respectivamente) .
Las reacciones transfusionales debido a la producción de hemolisinas, son normalmente debidas a incompatibilidades del DEA 1.1, DEA 1.2 y el donante de sangre ideal debería ser negativo para estos grupos sanguíneos. Existen controversias si el DEA 7 es un determinante importante en las reacciones transfusionales caninas, ya que induce hemólisis extravascular.
Los perros no poseen anticuerpos regulares contra el DEA 1.1 en títulos significativos como para dar en la primera transfusión una reacción de incompatibilidad inmediata de tipo inmunológica. 
La transfusión de sangre DEA 1.1(+) a un paciente DEA 1.1(-), provocará rápida formación de anticuerpos que reaccionarán ante una nueva transfusión incompatible y provocará reacciones hemolíticas severas. Por ésta razón, perros DEA1.1 negativos deberían recibir solo sangre de DEA 1.1 negativa, perros DEA 1.1 positivos pueden recibir sangre DEA 1.1 positiva o negativa.
 Los anticuerpos resultantes de la transfusión incompatible se forman alrededor de los  4 –5  días posteriores a la transfusión, y son de viabilidad muy prolongada, siendo obligatorio realizar una prueba de cruzamiento si han pasado más de 4-5 días desde la primera transfusión para evitar reacciones transfusionales.

GRUPOS SANGUÍNEOS FELINOS
Los felinos presentan tres grupos sanguíneos : A, B y AB.
A diferencia de los perros, los gatos  tienen anticuerpos regulares en su plasma conocidos como aloanticuerpos, contra los otros grupos sanguíneos. Los aloanticuerpos se generan entre las 6 a 8 semanas de edad.
Todos los gatos de tipo B tienen altos títulos de aloanticuerpos ( hemaglutininias y hemolisinas) anti-A responsables de reacciones hemolíticas agudas frente a una primera transfusión de sangre incompatible. 
Las reacciones hemolíticas agudas por una transfusión, en los gatos tipo B, pueden dar signos clínicos dramáticos dentro de segundos a minutos después de la administración de un pequeño volumen de sangre tipo A. Se describe vocalización, micción, defecación , disnea, bradicardia, arritmias cardiacas, hipotensión, convulsiones.
Por el contrario los gatos tipo A tienen títulos bajos de aloanticuerpos B (por lo tanto la reacción hemolítica es menos frecuente al recibir sangre tipo B, pero la presencia de aloanticuerpos anti B, reducirán la vida media de los eritrocitos tipo B transfundidos y así ocurrirá hemólisis en pocos días.
Los gatos AB carecen de aloanticuerpos.
La transfusión en felinos es siempre isogrupo. La tipificación y/o compatibilidad de la sangre (mayor y menor) se indica antes de la transfusión en los gatos a los efectos de dar sangre compatible y prevenir reacciones transfusionales serias. La tipificación sanguínea se indica antes del servicio de gatos puros para asegurar la compatibilidad sanguínea de los padres y evitar isoeritrolisis neonatal.

TIPIFICACIÓN DE SANGRE
La tipificación de sangre identifica el tipo sanguíneo determinando antígenos presentes en los eritrocitos. Esto puede ser realizado en laboratorios o a través cartillas comerciales para tipificar sangre. Esas cartillas sólo requieren un pequeño volumen de sangre y el resultado se basa en la visualización en pocos minutos de una reacción de aglutinación.
Puesto que el DEA 1.1 causa las reacciones transfusionales más conocidas en caninos, existen tarjetas de análisis disponibles , que diferencian entre sangre DEA1.1 positiva y negativa, utilizándose principalmente como prueba de sreening inicial para identificar receptores y donantes DEA 1 (+).
En felinos, es obligatorio tipificar el grupo sanguíneo ya que  tienen anticuerpos naturales contra el grupo sanguíneo opuesto y las reacciones transfusionales pueden ser letales.  Esto es particularmente importante en criaderos, para evitar montas incompatibles entre gatas tipo B y machos tipo A, ayudando a prevenir la isoeritrolisis neonatal que ocurre cuando  una hembra tipo B tiene gatitos tipo A o AB. La placenta felina no permite pasar gran cantidad de anticuerpos durante la gestación, pero si hay una alta concentración de aloanticuerpos anti A en el calostro de las gatas tipo B, que son transferidos a los gatitos. De esta forma los gatitos neonatales, adquieren los aloanticuerpos maternos durante el primer día de vida y esos aloanticuerpos pueden causar isoeritrolisis neonatal, con signos como hemoglobinemia, hemoglobinuria, anemia, ictericia, necrosis de la cola y muerte.
Las cartas de tipificación felina dan resultados definitivos pero muy ocasionalmente pueden reportar falsamente gatos del grupo AB.

PRUEBA DE COMPATIBILIDAD CRUZADA (CROSS MATCHING)
Esta prueba detecta aloanticuerpos específicos contra los antígenos presentes en los eritrocitos. Los aloanticuerpos pueden aparecer regularmente o post sensibilización. 
Debe ser realizada siempre, aún cuando se tipifique la sangre (caso excepcional,  urgencia con disponibilidad de banco de sangre).
La prueba de compatibilidad sanguínea o cross matching esta formada por la prueba mayor y la prueba menor.
El cross match mayor comprueba si el plasma del receptor posee aloanticuerpos contra los antígenos de los eritrocitos del donante.
El cross match menor comprueba si el plasma del donante posee aloanticuerpos contra los antígenos de los eritrocitos del receptor.
La aglutinación o hemólisis resultante de la combinación indica incompatibilidad entre el donante y el receptor. Una prueba en apariencia compatible siempre debería ser revisada al microscopio para ver si existe aglutinación.
Si en ambos cruzamientos no se observa reacción alguna, se puede transfundir sangre completa, aunque lo ideal sería comprobar mediante tipificación la compatibilidad sanguínea.
Debemos tener en cuenta que aún efectuando las pruebas de compatibilidad, todavía pueden suceder reacciones transfusionales.  Estas pruebas no evalúan a los leucocitos o a las plaquetas, que son la principal fuente de muchas reacciones transfusionales de tipo anafiláctica (no hemolíticas). Las reacciones alérgicas de HS tipo 1 contra proteínas extrañas en el hemocomponente por lo general son inmediatas y los signos clínicos típicos incluyen edema facial, prurito, urticaria, disnea, vómitos, diarrea. Pueden desarrollarse signos mas graves como edema pulmonar agudo.

RECOLECCIÓN DE SANGRE
La volemia en el perro es de aproximadamente 88 ml/kg, y en el gato aproximadamente 66 ml/kg. La extracción de un 20% (1/5 de la volemia) del volumen total (17 ml/kg perro y 13 ml/kg en gato), no genera una anemia clínica significativa y la transfusión puede ser realizada con seguridad.
La frecuencia máxima de extracción es cada 21 a 28 días, y de preferencia cada 3 meses.
La hipovolemia que pueda desarrollarse por una rápida recolección de sangre, puede ser evitada con la administración de cristaloides isotónicos endovenosos en un volumen igual a la cantidad extraída.
La sangre se extrae en forma aséptica de la vena yugular. El sitio de punción debe ser tricotomizado, preparado con tres lavados con el antiséptico adecuado (Sol. jabonosa de : povidona-yodo, clorhexidina,etc.) y por último embrocado.
Por lo general en felinos es necesario sedar al donante para la recolección de la sangre. Se puede utilizar ketamina 5 –10 mg/kg y midazolam 0.5 mg/kg IM. En caninos, si son dóciles se puede realizar la extracción sin sedación, caso contrario se puede realizar sujeción química con Atropina 0.04 mg/kg + Xilacina 0.5 mg/kg + tramadol 1 mg/kg via IM o Diazepam 0,5 mg/kg + Propofol 3-8 mg/kg EV.
En felinos la extracción se hará con un butterfly 19 G conectado a una llave de 3 vías y a  una jeringa de 10 cc. Se puede utilizar heparina como anticoagulante (625 unidades para 50 ml de sangre) cuando la transfusión será hecha de inmediato, o CPD (citrato de sodio-fosfato-dextrosa) cuando la sangre obtenida será almacenada (proporción de anticoagulante/sangre : 1/9)
En caninos, la sangre es recolectada en bolsas plásticas que contienen 63 ml de CPD para 450 ml de sangre. Según el volumen de sangre que se quiere extraer será el volumen de anticoagulante que se dejará en la bolsa, el exceso debe ser retirado.
Estas bolsas poseen una tubuladura de extracción siliconada con una aguja 40/20 en su extremo. Este equipo mantiene la esterilidad, pues bolsa y tubuladura conforman un sistema cerrado y tiene la ventaja de producir escaso trauma mecánico de las células, ser irrompibles y producir mínima activación de plaquetas y de los factores de la coagulación.
En ambas especies, una vez ingurgitado el vaso, debemos atravesar primero la piel, y recién luego realizar la  venipunción.
En el caso de los felinos, finalizada la extracción homogeneizar el contenido de la jeringa por rotación y sellar el pico de la misma con una aguja estéril.
En caninos la bolsa se llenará por gravedad. Debemos ubicar la bolsa lo mas bajo posible con respecto al sitio de punción. Agitar con movimientos suaves a fin de favorecer el contacto de la sangre con el anticoagulante. Una vez extraída la cantidad deseada, para verificar el llenado completo de la bolsa, se la puede pesar (completa pesa aprox.500 gr). Se libera la vena de la ingurgitación, se clampea la tubuladura inmediatamente por debajo de la aguja antes de retirarla del animal (evitará la entrada de aire al sistema). La tubuladura de extracción, se anuda por debajo del clamp y se corta entre éste y el nudo. Realizar nudos sucesivos formando segmentos de 10 cm de largo (la sangre atrapada en éstos segmentos será utilizada para futuras pruebas de cross match o bacteriología).
Rotular la bolsa con datos del donante, fecha de extracción y Hto.
Una vez finalizada la recolección, la sangre se puede utilizar de inmediato o ser almacenada en frío como sangre entera o separada en sus componentes.

HEMOCOMPONENTES
Sangre entera reciente: Se debe utilizar dentro de las 6 Hs de recolectada, puesto que las plaquetas y algunos factores de coagulación se inactivan durante el almacenamiento. Suministra glóbulos rojos, plaquetas viables , factores de la coagulación y proteínas plasmáticas, incluyendo albúmina y antitrombina III.
Es importante recordar que al administrar sangre entera, se expone al receptor a una gran variedad de antígenos, sensibilizándolo contra éstos.
La administración de 2 ml/Kg de sangre entera reciente, aumentará 1 unidad el Hto. del receptor. De esta manera, se puede calcular la cantidad de sangre entera que se necesita para alcanzar el hematocrito deseado.
Una unidad de sangre entera contiene aproximadamente 450 ml de sangre y 63 ml de EDTA.
Sangre entera almacenada: Tiene mas de 6 hs de obtenida, y se encuentra refrigerada a 5-8ºC. Tiene una vida media de 4 semanas. Durante el almacenamiento, las concentraciones de los factores de coagulación V y VIII decrecen, esto hace inapropiado su uso en pacientes con enfermedad de von Willebrand y/o hemofilia A. Las plaquetas no sobreviven en refrigeración; de tal forma, la sangre entera almacenada es inapropiada para el tratamiento de pacientes con trombocitopenia. Suministra eritrocitos para aumentar la oferta de oxígeno a los tejidos, proteínas plasmáticas para expandir el volumen oncótico. Las concentraciones eritrocíticas de 2.3 DPG disminuyen en los productos sanguíneos almacenados, fomentando una menor oferta de oxígenos a nivel tisular. Deben pasar de 24 – 48 Hs. dentro del organismo del receptor   para que restaure las concetraciones de 2.3 DPG en los eritrocitos transfundidos.
Antes de transfundirla debe ser acondicionada a baño maría (37º C).
Al igual que la sangre entera reciente, 2 ml/Kg de sangre entera almacenada, aumentará 1 unidad el Hto. del receptor.
Si se utiliza citrato de sodio o heparina como anticoagulantes, la sangre tiene que transfundirse en un par de horas, ya que no hay ningún medio de crecimiento para eritrocitos. Refrigerada en soluciones nutrientes, la sangre entera puede mantenerse 3 semanas, sin embargo, después de este período solo contiene eritrocitos y albúmina.
Concentrado globular: Se obtiene mediante centrifugación o sedimentación gravitacional  de la sangre entera fresca. El Hto del concentrado globular es de 60 – 80%, según el Hto. del donante.
El concentrado globular contiene solo eritrocitos y, por tanto, estará indicado en pacientes anémicos normovolémicos que no requieren factores de coagulación y/o en los que no pueden ser expuestos a una sobrecarga de volumen sanguíneo (por ejemplo cardiópatas).
La dosis a administrar del concentrado globular depende tanto del hematocrito existente como del deseado. 1ml/Kg de concentrado globular aumentará 1% el Hto del receptor.
Una unidad de concentrado globular contiene aprox. 250 – 300 ml.
Puede administrarse inmediatamente de obtenido, o almacenarse a 1-6 ºC hasta 35 días  utilizando CPDA.
Es recomendable reconstituirlos con 10ml de solución salina fisiológica por cada 30
ó 40ml de concentrado de glóbulos rojos, para proporcionar un flujo transfusional adecuado.
Plasma rico en plaquetas: Contiene todos los factores de la coagulación (lábiles y estables) y plaquetas. Se prepara mediante centrifugación diferencial de la sangre entera reciente. Deben mantenerse a 20°-24°C bajo agitación constante, y se descartan en 72hs.
Como son  difíciles de elaborar y conservar, y no se almacenan, en la mayoría de los casos no están disponibles en los bancos de sangre. Se indican en pacientes con trombocitopenias o trombocitopatías.
 Se usa a respuesta. Dosis 10-20 ml/kg.
Plasma fresco congelado: Es el plasma separado y congelado dentro de las 6 Hs de la recolección sanguínea. La congelación protege a los factores V,VIII y vWF. Es una fuente de todos los componentes de la coagulación (lábiles y estables), complemento, sistema fibrinolítico y proteínas.
Tiene una vida útil de 1 año. Se descongela a baño maría a 37ºC y debe administrarse dentro de las 4 Hs de la descongelación.
Una unidad de plasma fresco congelado contiene 170 – 250 ml, y estará indicado en trastornos de la coagulación (hemofilia, intoxicación por rodenticidas) y CID. La hipoalbuminemia puede ser también una indicación para la transfusión de plasma fresco congelado, pero hay que tener en cuenta que se necesitarán grandes volúmenes ya que 5 ml de plasma por Kg. de peso incrementará el contenido de albúmina en 1g/l.
La dosis en pacientes con coagulopatías es de 5-10 ml/kg administrado en 2 - 6 horas, pero, de ser necesario puede administarse en bolo. Dosis máxima 20 ml/kg/día.
Plasma almacenado: Es el plasma congelado mas de 6 Hs después de la recolección de la sangre.  Contiene mínimas cantidades de factores de coagulación  V, VIII y vWF, pero contiene concentraciones adecuadas de factores K-dependientes (II, VII, IX, X), albúminas y globulinas.
Está indicado para reposición de la presión oncótica y para proveer factores k dependientes.
Crioprecipitado:  Es un ultraconcentrado que se obtiene de la descongelación parcial de una unidad de plasma fresco congelado. Contiene una concentración 10 veces mayor de factores de coagulación V, VIII, vWF y fibrinógeno por ml. de plasma comparado con el plasma fresco congelado. Se lo utiliza para la reposición específica de factores de coagulación.
Tiene una vida útil de 1 año.
Para utilizarlo, primero se descongela, se lo diluye con Sl. Isotónica de ClNa 0.9%, se homogeniza y se lo lleva a 37ºC en baño maria. Debe administrarse dentro de las 4 Hs de la descongelación
Dosis: 1 unidad cada 10 Kg c/12 hs.

VOLUMEN A TRANSFUNDIR
En general un Hto postransfusional de 25-30% es la meta en los perros anémicos, y 15-20% para el caso de los felinos. En los pacientes con alteración hemostática el objetivo es controlar la hemorragia.
Volumen a transfundir:
Felinos: 66 X Peso del Paciente X (Hto deseado-Hto del paciente)
                                                                    Hto del donante

Caninos: 88 X Peso del Paciente X (Hto deseado-Hto del paciente)
                                                                    Hto del donante

Otra forma mas sencilla de calcular el volumen a administrar es considerar que 2 ml/kg de sangre entera aumentará 1% el hto del receptor. Con un concentrado globular 1ml/kg aprox. aumenta 1% el hto del receptor.

ADMINISTRACIÓN DE LA SANGRE
La administración se hará por vía EV (cefálica antebraquial, femoral, yugular), pero en gatitos y cachorros caninos puede ser mas práctica la ruta intraperitoneal (IP) o intramedular.
Con la administración IP, el 40% de los eritrocitos transfundidos alcanzan la circulación en 24 Hs. Con la ruta intramedular, el 95% de los glóbulos rojos transfundidos estarán en la circulación en 10 minutos. 
En gatos la sangre fresca recolectada en jeringa puede administrarse diluída en un pequeño volumen de solución fisiológica.
En el caso del concentrado globular se puede adicionar 100 ml de sol. Isotónica de Cl Na 0.9% para disminuír la hiperviscosidad.
Siempre utilizar guia con filtros estándar (170 um de tamaño de poro), incluso para la transfusión de productos plasmáticos.
Todos los componentes, excepto el plasma rico en plaquetas deben ser calentados en baño maría a  37ºC para evitar la hipotermia y vasocontricción en el receptor; y aumento de la viscosidad de la sangre. La administración de sangre fría puede causar arritmias cardíacas.
La transfusión debería completarse en un tiempo máximo de 4 horas para evitar riesgos de contaminación. Si el volumen planeado no puede ser administrado en 4 horas, la sangre debe dividirse en 2 partes usando materiales estériles y almacenando la mitad no transfundida en el refrigerador hasta el momento de ser usada, recordando cambiar la guía con filtro al transfundir la segunda mitad.
Velocidad de administración:
Primeros 30 minutos: lenta (3 a 5 ml/kg/hora), para detectar posibles reacciones transfusionales inmediatas.
Tiempo restante: 5 a 10 ml/kg/hora.
En el caso de pacientes hipovolémicos, se puede suministrar a una velocidad de 20 ml/kg/hora, monitoreando la producción de orina.
En pacientes cardiópatas no exceder los 3 ml/kg/hora.
Es necesario realizar un monitoreo inicial del receptor que incluya Tº basal, pulso (calidad y frecuencia), tipo y frecuencia respiratoria, frecuencia cardíaca, color de las mucosas, tiempo de llenado capilar, presión sanguínea, hematocrito, proteínas totales y albúminas, coagulograma.
Este monitoreo nos permitirá detectar posibles complicaciones durante la transfusión a través de la alteración de alguno de éstos parámetros.
Durante la primera media hora se reevaluará al receptor cada cinco minutos, posteriormente, el chequeo se hará a intervalos de 30 minutos mientras dure la transfusión y hasta 1 Hs. de finalizada la misma.
La profilaxis de las reacciones transfusionales es controvertida, pero la difenhidramina (0.5 mg/kg IM) 15 minutos antes del procedimiento puede ayudar a prevenir las reacciones de hipersensibilidad tipo 1. Los glucocorticoides (succinato de metil prednisolona) se indican en pacientes con signos de reacción transfusional aguda.
Si es necesaria la fluidoterapia simultánea en el mismo cateter, deben evitarse las soluciones hipotónicas(ej. dextosa 5% en agua) o que contienen calcio (ej. sol. ringer lactato). El calcio activa el sistema de coagulación y la administración simultánea de soluciones hipotónicas puede causar hemólisis . De elección usar sol. Sisotónica de ClNa 0.9%.

REACCIONES ADVERSAS
Se describen reacciones inmunológicas y no inmunológicas.
Las reacciones hemolíticas agudas graves, se desarrollan cuando los aloanticuerpos en el plasma del receptor destruyen los eritrocitos transfundidos.
Los signos  prodrómicos son manseo facial, taquipnea, inquietud, fiebre, urticaria, emesis, incluso hipotensión severa. En cualquiera de los casos se indica la detención de la transfusión, comenzar la administración de fluidos a t° corporal, junto con la administración de corticoides (ideal Succinato de metilprednisolona 30mg/kg EV o dexametasona 2-4mg/kg EV ), diuréticos (furosemida 2 mg/kg EV)  y drogas vasomotoras para el shock (dopamina 2-5ug/kg/min en ritmo de infusión constante).
Los síntomas no específicos como la fiebre, inquietud o vómitos, se tratan de manera sintomática.
Reacción de anafilaxia aguda: Los anticuerpos del receptor en contra de las plaquetas o de las células blancas del donante, pueden generar una síndrome febril con una reacción no hemolítica. Los síntomas van desde urticaria leve a hipotensión aguda.
La urticaria y vasculitis se tratan con antihistamínicos ( difenhidramina 2 mg/kg EV).
El shock anafiláctico se trata con fluidos, difenhidramina, dexametasona y adrenalina  (0.01-1mg/kg/EV).
Durante el almacenamiento de la sangre puede ocurrir hemólisis o contaminación bacteriana.
Una rápida administración puede generar una sobrecarga circulatoria, particularmente en animales con falla renal o cardíaca. Los signos que aparecen son disnea y taquipnea y edema pulmonar progresivo. El manejo implica detener la transfusión, administrar diuréticos EV ,vasodilatadores como la nitroglicerina y oxigenoterapia.
Hipocalcemia: El citrato presente en los productos sanguíneos somete a quelación el calcio, y después de la transfusión el citrato es metabolizado con rapidez por el hígado. Sin embargo, los pacientes con disfunción hepática pueden presentar un cuadro de hipocalcemia debido a una sobrecarga de citrato provocada por un suministro rápido de la sangre. En éste caso pueden darse temblores musculares y anomalías cardíacas, para lo cual es necesario un tratamiento en base a calcio.